Margaret Langston es una mujer procedente del reino de Ionia, ubicado en el continente Yorbian. Se unió a la Academia de Caballería, donde aprendió a combatir. Fue asignada por el rey Xavier Monroe como guardaespaldas personal de su hijo pequeño. Continúa ejerciendo de forma eficaz este puesto.
Apariencia
Una mujer de cabello relativamente corto, belleza única y porte imponente. Lleva puesta una armadura medieval plateada combinada con algunas piezas de cuero y tela negra. Sus zapatos de piel fina están recubiertos por una capa de hierro de la propia armadura.
Personalidad
Seria, respetuosa y pone por encima de todo el deber y el honor. Ama a su rey por el que está dispuesta a entregar su vida de ser necesario y siente un especial apego por su príncipe, al cual trata con mucha paciencia y cariño. No tiene problemas con matar o enfrentarse a cualquiera que pueda ser una amenaza para ellos y que ose ofenderlos o molestarlos con malas intenciones.
Historia
Margaret nació en un pueblo pequeño fronterizo en el reino de Ionia. Se desconocen detalles de sus padres y su infancia en general. No obstante, se sabe que siempre quiso convertirse en caballero salvaguarda del rey, por lo que en algún momento de su adolescencia se trasladó a la Academia de Caballería de la capital Ionesa a iniciar su entrenamiento. Fueron duros años, ya que la figura de una mujer en dicha profesión era muy estigmatizada.
Al graduarse, fue encomendada a cuidar los establos del rey y no fue reconocida en ningún momento, a excepción de cuando escapó el príncipe Jake Monroe. Ese día en el jardín tuvo un encuentro con su majestad, el cual estaba casi sin guardia personal, puesto que la mayoría se había ido en búsqueda de su hijo mayor. Este le encomendó a Margaret proteger y resguardar a su hijo menor a partir de ese día.
Poco a poco, el rey comenzó a ganarle confianza hasta que la hizo su caballero personal meses después de la muerte de Jake. Luego de graduarse del examen de cazador y aprender Nen para mejorar su desempeño de protección de la familia real, continuó ejerciendo su puesto.